Encontrar a Naty ha sido sin duda la mejor experiencia que he tenido con un profesional en nutrición, para ella soy más que una paciente; soy un ser humano, valioso así fue como me hizo sentir, escuchada, valorada, comprendida. Esta vocación para inspirar a las personas mejorar su estilo de vida fue lo que más me encantó. Desde la primera consulta, al escucharla hablar supe que había llegado al lugar correcto, el enfoque integral con el que abordó todas mis dudas y sus recomendaciones cambiaron por completo el concepto de nutrición que tenía, me empoderó y mi relación con la alimentación ha mejorado muchísimo, después de años de restricción el proceso ha sido muy liberador, el rendimiento deportivo también ha mejorado, la calidad del sueño, el nivel de energía, en fin solo todo ha sido positivo. Más allá de la medición y los objetivos físicos, la asesoría de Naty me ha inspirado a vivir un estilo de vida más saludable, a disfrutar del deporte y a tener una alimentación balanceada que me permita llevar a cabo todas las actividades que tanto disfruto.

Empecé a ir a consulta con Naty como parte de un objetivo de vida saludable que tenía pendiente y cada día postergaba más debido a malas experiencias en el pasado, tanto así que nunca pasaba de una segunda cita con ningún nutricionista. Mi relación con la comida no era nada sana y el simple hecho de pensar en que debía comer solo ciertos alimentos por la “dieta” que me recetaran me indisponía. Con Naty desde la primera cita tuve una muy buena impresión y mi motivación ha estado siempre al tope, he aprendido qué comer saludablemente no significa restricción, que todo es un proceso y que lo importante es que sea sostenible en el tiempo. Para mí este es un proceso integral donde no solo he aprendido a mejorar mi relación con la comida sino conmigo misma, ahora amo ejercitarme y disfruto de los gustitos de vez en cuando sin ningún sentimiento de culpa. Gracias Naty porque se nota el esfuerzo y compromiso con cada paciente y muy feliz de ser parte de NDH.

Siempre creí que tenía una buena relación con la comida, sin embargo mantenía conductas restrictivas hacia ciertos grupos de alimentos, lo que me llevaba a “aprovechar” los fines de semana o las celebraciones para “pecar” y comer de todo. ¡Ahora es otra historia!, gracias a Nati he aprendido a conocer y ponerle atención a mis necesidades reales, mis sensaciones. Me siento feliz, enérgica sin necesidad de limitarme o incluso culparme.