Creo que ha sido un constante crecimiento y un proceso lleno de aprendizaje, en el que no pasa nada si a veces como de más o la comida no es de lo más nutritiva, simplemente se reconoce y se continúa con el proceso sin remordimientos ni culpa. Nati me ha enseñado que la alimentación es algo integral y de hábitos, en donde lo más importante es la constancia y el bienestar propio.